Tal Como Shakspeare Predijo: Much Ado About Nothing

Cuando legiones de monstruosas criaturas, denominadas Kaiju, comienzan a salir del mar, se inicia una guerra que acabará con millones de vidas y que consumirá los recursos de la humanidad durante interminables años. Para combatir a los Kaiju gigantes diseñan un tipo especial de arma: enormes robots, llamados Jaegers, que son controlados simultáneamente por dos pilotos cuyas mentes están bloqueadas en un puente neuronal. Pero incluso los Jaegers proporcionan poca defensa ante los incansables Kaiju. A punto de la derrota, las fuerzas que defienden a la humanidad no tienen otra elección que recurrir a dos insólitos héroes: un ex piloto acabado y un aprendiz que todavía no se ha puesto a prueba. Ambos se unen para traer a un legendario pero al parecer obsoleto Jaeger del pasado. Juntos, son la última esperanza de la humanidad frente al Apocalipsis que se avecina.

Para algunos aficionados acostumbrados a las historias de este género de monstruos, criaturas y extraterrestres, "Pacific Rim" podía suponer un enorme paso adelante en el cine de entretenimiento, en el blockbuster en general, una propuesta divertida y ampliamente esperada por los aficionados anteriormente mencionados. Los trailers vaticinaban unos efectos especiales demenciales, y lo cierto es que esos efectos están ahí y debemos decir que son asombrosos, la cantidad de detalle de los mismos es realmente una maravilla. Pero en esos mismos trailers, algunos espectadores, entre los que me incluyo, preveíamos algo así como 'mucho ruido y pocas nueces', es decir, un argumento básico, sin mucho trabajo, siempre aderezado por estos efectos digitales que quitan el hipo.

En contra de lo que afirman algunos críticos profesionales de prestigiosos periódicos o revistas, "Pacific Rim" no es ni de lejos un paso adelante en la forma de hacer cine épico, ni siquiera es un paso adelante en la forma de confeccionar una historia de un blockbuster, tampoco es un paso adelante en la forma de dirigir un superproducción veraniega de este calibre, por mucho que el nombre de Guillermo del Toro esté presente en cualquier artículo promocional de la cinta con letras de oro.

"Pacific Rim", es, para toda esa inmensa masa de aficionados mencionados al comienzo del análisis, una decepción, y de no ser así, no podrían considerarse verdaderos sabios del género Kaiju-eiga.

En lo personal, nunca he tenido un excesivo interés por esta película, más bien me esperaba un blockbuster de toda la vida, sin mucha chicha, para pasar una tarde de verano en las confortables butacas del cine con aire acondicionado y un buen puñado de palomitas, o en su defecto, en el hogar.

Y lo cierto es que no me he llevado ninguna sorpresa con "Pacific Rim", es plana, simple, sencilla, con efectos digitales demenciales, pero con historias mediocres y, lo que es mucho peor, publicidad engañosa.

Y es que, como se puede leer al inicio de esta crítica, la sinopsis oficial de la película habla de 'legiones' de monstruos que arrasan todo a su paso. En este contexto deberíamos definir exactamente lo que el término 'legión' significa para cualquier ser humano con dos dedos de frente.

Según nuestra academia de la lengua castellana: RAE, 'legión' dícese de un número indeterminado y copioso de personas, espíritus, y aún de ciertos animales.

En "Pacific Rim" podemos disfrutar de un número de monstruos de una cifra, 6 si no recuerdo mal. ¿Dónde están esas legiones que prometían? ¿Perdidas en esa brecha interdimensional?

¿Y qué decir de esos mermados recursos de la humanidad? Todos los protagonistas de la película no parecen estar faltos de alimento. Se construyen inmensos muros para evitar que las criaturas arrasen las ciudades, los Jaegers necesitan de toneladas de combustible para funcionar, y son reparados si consiguen regresar a la base después de una misión. ¿Falta de materias primas? Quizás en el guión.

¿Destrucción y muerte en cantidades incontrolables? No disponemos de imágenes de tales acontecimientos.

Al final, "Pacific Rim" demuestra ser un blockbuster más destinado a generar millones y millones de dólares, unos resultados en taquilla que, al final no han resultado ser todo lo satisfactorio que se esperaban, ya que la película sólo ha conseguido doblar su beneficio con respecto a su presupuesto, que rondaba los 200 millones de dólares.

¿Acaso la dirección de del Toro es mala? Es plana, sencilla, sin atrevimientos como pudimos ver en "El Laberinto Del Fauno (2006)". Pero es el guión el que acaba teniendo la culpa de que la película sea un declive a medida que esta avanza. La trama es simple, la ejecución es muy pobre, los personajes son de cartón piedra y las evoluciones de los protagonistas son excesivamente artificiales, en gran parte por un reparto no muy compenetrado entre sí.

Charlie Hunnam realiza un trabajo muy pobre en el papel protagonista, su personaje no demuestra sentimientos de desesperación y odio hacia los Kaijus por la muerte de su hermano, sólo muestra una rabia que no hace sino lastrar más un personaje ya de por sí mal trabajado.

Lo mismo sucede con Idris Elba y su héroe en las sombras o Rinko Kikuchi y su personaje de aprendiz, que, al igual que el robot que posteriormente pilota, sus movimientos y gestos también tienen mucho de robótica.

No debemos destacar a ningún otro personaje, ya que ningún otro tiene siquiera historia, simplemente están ahí para rellenar espacio y prolongar la película hasta sus 131 minutos.

Ni siquiera Santiago Segura consigue hacernos reír mínimamente aquí, y eso que lo intenta, dado que el apocalipsis y la exterminación de la vida en la Tierra se tratan como un tema cómico, sin la gravedad que la situación supone. En definitiva, un chiste mal contado.

De los efectos digitales y la fotografía de Guillermo Navarro no tenemos queja alguna. Todo lo que se ha hecho en estos apartados técnicos es sobresaliente, mención especial para una forma de usar la iluminación llena de partículas digitales de agua que hacen que las imágenes cobre un realismo atroz.

La música sigue la estética de los blockbuster, sonidos atronadores, y en especial la estética de "Hellboy (2004)", también del realizador mejicano, dándo prioridad a los tonos más cómicos y a menos en detrimento de una épica mal realizada y un apocalipsis inexistente.

¿Vestuario y maquillaje? Todo lo bueno que un blockbuster de esta categoría puede ofrecer.

4,5/10 para "Pacific Rim", excesivamente raspado.

Un apocalipsis sin malnutrición, sin ciudades arrasadas, sin caos político y económico, sin miedo y terror a cada segundo que pasa en todos los habitantes del planeta, sin descontrol en los hospitales, sin heridos, sin enfermos, sin agentes víricos proporcionados por una especie alienigena que ocupa ahora la Tierra, sin preocupación biológica por estos seres, sin cambios en las leyes de la física y caos absoluto en la ciencia, sin fe quebrantada o delirios sobre el fin del mundo.

¿Sorpresas? No en mi caso. Para ver una vez.

Se habla de secuela para 2015 o 2016. Espero que sólo sean rumores.

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