A la altura del cine norteamericano policíaco

No vi el tráiler de esta cinta y procuré no ver nada ni siquiera críticas extensas sobre ella porque ya sabía que eran positivas, todo sumado al premio goya de mejor actor y el referente de Sorogoyen como director con la estupenda Stockholm de donde también procede la revelación Javier Pereira en esta ocasión como villano de la función. Puede ser que la película carezca de originalidad y frescura pero la profundidad con la que desarrolla los personajes Sorogoyen es brillante además de la estupenda puesta en escena en el Madrid del 2011. Antonio de la Torre logra otro estupendo papel al igual que en Tarde para la ira donde ahí apenas hablaba y aquí tartamudea. Un personaje inquietante pero contenido contrastado por un brutal y rudo Roberto Álamo quien es el mejor de la cinta además de empatizar bastante con el con todo lo que sufre y le rodea. Un trío actoral enorme en una historia con tintes de Seven y La isla mínima. Dos horas que te atrapan y cada sorpresa, cada persecución, cada diálogo es más emocionante. Sorogoyen se consagra como uno de los grandes del cine español actual con solo dos largometrajes que calan hondo en el espectador y están a la altura de otras obras del cine internacional. Destacar también la hermosa fotografía y la perturbadora banda sonora. Un estupendo thriller policíaco que no te dejará indiferente por mucha elipsis que haya en el último acto. A todo aquel que le tenga prejuicios al cine español que se vea esta película y se calle un rato. Sobresaliente.