
Una visceral sorpresa
Sin spoilers
Un gélido y punzante escalofrío recorre todo mi cuerpo. Apenas acaba de comenzar la película. Esta sensación no sólo perdura a medida que el metraje avanza, sino que comienza a hacerse más evidente con el tiempo. Es algo difícil de explicar, pero la tensión (siempre necesaria en este género de películas) es plausible. Presenta un sencillo mecanismo (que no por ello pobre) que opta por lanzar un puñetazo directo a la boca del estómago. El efecto es inmediato, Plaza no da puntada sin hilo.
Comenzando a analizar los entresijos del guión, es cierto que la premisa es tópica, y más todavía en nuestro país. El cóctel de drogas y venganza es algo que se ha tratado de mil maneras y en mil momentos distintos. Aunque "Quién a hierro mata" decide transitar nuevos caminos que no han sido todavía explorados. Y eso se agradece. Los diálogos parecen estar pensados a la perfección y todo está hecho en su justa medida. Logra un equilibrio entre la atmósfera personal y su cara a cara con Antonio Padín y sus hijos. Funciona como thriller y conserva los elementos y la narración característicos del cine noir clásico. Emociona en sus momentos más íntimos e intriga en los más intensos. En otras palabras, cumple con sus objetivos. Por otro lado, también es cierto que en su desarrollo se suceden los clichés (tanto en la historia que se narra en el presente como en los flashbacks) y puede resultar tópica.
Continuando con la dirección de Paco Plaza, la atmósfera única que crea es algo innegociable. Gran parte del éxito de esta película se debe a su trabajo, debido a que en este tipo de géneros, la responsabilidad corre a cargo del director, que se encarga de crear un clima en el que te sientas partícipe de principio a fin y no puedas escapar. Esta es la definición de lo logrado por Plaza en esta práctica y camaleónica dirección. Cada segundo de metraje transmite una sensación única llegando directo a tus emociones, mediante un pulso y unos primeros planos dignos de alabanza.
Por último, las interpretaciones de "Quién a hierro mata" son la última y no menos importante pieza de esta película. Cabe destacar especialmente, (cómo no) a Luis Tosar. Encaja a la perfección en este papel, en el que se le nota experimentado. Lleva el peso de la película de principio a fin, y lo hace con el conocimiento de una larga carrera y la ilusión del primer día. Nada que achacar a esta interpretación. Destacar también la interpretación de María Vázquez en el papel de ese personaje tan habitual cargado de bonhomía, que se encarga de ablandar el corazón del protagonista cuando se encuentra ante una situación inesperada.
En conclusión, "Quién a hierro mata" es una visceral sorpresa que se presenta como algo tópico pero que se acaba afianzando como un thriller que no sólo entretiene y te hace formar parte de una atmósfera inigualable, sino que también genera alguna duda razonable, y, por encima de todo, consigue ser inolvidable, algo que difícilmente consiguen las películas de su género.
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