Inocentada sangrienta

Repleta de rostros conocidos, nos llega desde Estados Unidos esta extraña mezcla de géneros que, como muchos films que intentan abarcar demasiado, termina consiguiendo muy poquito, e incluso tiene serias dificultades para ofrecer lo mínimo que le podríamos exigir a un producto de sus características: diversión.

La película nos presenta a una mujer que se acaba de casar con uno de los hijos de una acaudalada familia. Sin embargo, antes de pasar a ser un miembro más de la misma deberá dedicar su noche de bodas a jugar a un juego con todos ellos. Pero, como no podía ser de otra manera, no será el tipo de juego que a cualquiera podría gustarle.

Pretende ser un cuento de terror gore y una comedia negra a la vez, pero le falta sangre e ingenio para lo primero y un espíritu mucho más gamberro para lo otro. El reparto está acertado, pero no logra compensar un guion que no sabe para dónde tirar más allá de su primera mitad, y lo hecha todo a perder en algún que otro giro previsible que para nada podría contentarnos. La premisa podría haber dado más juego, pero ahí reside el reto para un buen guionista y, lamentablemente, sus responsables no han pasado la prueba con demasiado éxito. Una auténtica pena.