Con un buen planteamiento, una gran propuesta, pero se queda en el intento.

He de reconocer que tenía muchas ganas de ver Red State. Kevin Smith da un giro de 180 Grados a su carrera presentándonos una sádica historia con tintes de Gore y torturas. La propuesta es atrayente, pero desgraciádamente, Kevin Smith se queda en el intento, y no consigue explotar una historia que podría haber dado mucho más de sí.

En si, el comienzo de la película está bastante bien planteado, y los primeros 20 minutos son bastante buenos, pero ha medida que avanza la película, se vuelve más cansina, y toma un camino algo lento que no se sabe donde va a acabar.

La interpretaciones son un punto a favor: Michael Parks da una correcta y bastante bien llevada interpretación del Pastor Abin Cooper, mostrando un lado sádico que tenía que mostrar algún día este gran actor. Melissa Leo está bastante desaprovechada y es una auténtica lástima que no se le de el protagonismo que se merece. John Goodman es otro actor bastante desaprovechado en la película, y su personaje es solo para hacer hueco, solo una estrella más para atraer al público a ver la película. Michael Angarano es presentado como el personaje central de los chicos jóvenes, pero su protagonismo es mínimo, y la película marea la perdiz entre el protagonismo de los tres jóvenes. No se sabe quién tiene más protagonismo, si Angarano o Kyle Gallner, ya que el tercer joven, Nichollas Braun, se nota que no pinta gran cosa.

Por el lado técnico, lo dicho, Kevin Smith no ha tenido suerte en su intento de cambiar de registro, y el guión tampoco hace mucha justicia.

En definitiva, que solo es para pasar el rato, a pesar de tener también sus momentos cansinos. En general, la película no es mala, pero tampoco buena, es pasable.