
Caída y ascenso
Sin spoilers
Dos años después de su estreno en Estados Unidos y gran parte del mundo, llega a nuestra cartelera el film que dirigió Antoine Fuqua antes de realizar Los siete magníficos. Como sucedió con este remake, a Redención le faltarían (o sobrarían) muchas cosas para comenzar a hacerla interesante.
La película nos presenta a un boxeador, que se encuentra en el mejor momento de su carrera. Sin embargo, debe hacer frente a una pérdida inesperada, que lo sumerge en una espiral de autodestrucción. Junto a un nuevo entrenador, tendrá que comenzar a recuperar lo que un día perdió.
El argumento, a simple vista, ni es original, ni atrae en exceso. Fuqua le otorga su toque, con el que, muchas veces, pretende hacernos pasar una cinta del montón por un producto de calidad, y puede llegar a agradecerse, pero el efecto no dura eternamente. A pesar de contar con un Jake Gyllenhaal entregadísimo, los personajes son lo que son, y el tono de la película se percibe afectado en exceso. Tampoco le robará el corazón a los amantes del boxeo, pues la espectacularidad de las escenas de los combates brilla por su ausencia. Sabemos de sobra que, aunque intenten colarnos la misma fórmula cinematográfico-pugilística en docenas de films, Balboa solo hay uno.
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