
Una propuesta genial pero demasiado oscura
Sin spoilers
La esencia de la trilogía es la alegría, el optimismo, el buen rollo... en fin, la simpatía que sentimos por Marty y Doc, nuestros entrañables y familiares héroes.
Y he ahí el problema de esta segunda parte, que la propuesta se aleja de esa esencia que, por suerte, se recuperará en la tercera.
La 2 es un juguete y hay que verlo como eso. Zemeckis se deja llevar por las innovaciones tecnológicas de entonces y por eso la película tiene un aire anticuado. Demasiados efectos especiales que ahora se notan demasiado.
La propuesta en realidad es una genialidad :¿Meterse dentro de la película original? Nunca se había hecho algo así. Pero sólo sorprende como idea.
El protagonismo de Biff es excesivo, la participación de Doc es más secundaria esta vez, y Marty nos muestra una faceta de su personalidad que resulta un tanto infantil: se ofende y se envalentona si le llaman gallina.
El 1985 alternativo es demasiado oscuro, feo, antipático y excesivamente caricaturesco. Eso nunca había pasado en la 1, caer en la caricatura. Es un film menos adulto, más infantil.
Lo mejor, el futuro y revisitar la 1desde nuevas perspectivas.
Lo peor,viajar al futuro para resolver algo que se puede resolver desde el pasado. El problema no es Martin hijo sino el accidente de Marty en 1985. Eso es lo que Doc debería haber evitado.
Un guión forzado, algo que reconoció su propio guionista. De algún modo había que justificar una frase al final de la 1que en principio no era más que un chiste: "Son tus hijos,Marty. Algo hay que hacer con vuestros hijos".
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