
'Relatos salvajes': La gota que colma el vaso
Sin spoilers
La parte más oscura y despreciable del ser humano es un tema difícil sin caer en tópicos maniqueos a favor o en contra de un héroe, villano, causa social o tiranía. Este género es difícil de sacarlo con genialidad, Quentin Tarantino o Michael Haneke son grandes expertos en estos campos. 'Relatos salvajes' llega como una propuesta que se desbanca de estas posibles influencias y se acerca a la crónica negra social mezclada con una alta dosis de humor corrosivo.
Damián Szifrón con su tercer largometraje ha conseguido una serie de perversas fábulas divididas en seis episodios. Ninguno de estos capítulos está relacionado con el que le precede sólo tienen un punto en común: La ira y la venganza se tornan como una explosión liberadora que destruye todo a su paso. No sólo el realizador argentino acierta con la elección de los episodios, también el elenco actoral está a la altura, la espontaneidad de los personajes le ayudan a dar veracidad a una situaciones excesivas y siniestras. Darío Grandinetti, Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia, Ricardo Darín, Óscar Martínez, Érica Rivas?todos están estupendos, tiranos, inocentes, arrogantes, frágiles, todos se convierte en pólvora para el estallido.
Damián Szifrón teje una obra espléndida que recuerda a los magníficos unitarios que se producen en Argentina como 'Mujeres asesinas' o 'Sin condena'. Una propuesta que sacará los instintos más primitivos del ser humano. Cual Marqués de Sade en sus '120 jornadas de Sodoma', Szifrón lleva al espectador a un viaje por los peores recónditos del ser humano con una elegancia y empatía que deleita peligrosamente y que no dejará indiferente a nadie.
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