
'RINGS' - Crítica
Sin spoilers
Al comenzar a ver esta tercera entrega de la saga (re)iniciada por el visionario Gore Verbinski, fue irrefenable el sentimiento de decepción que se avalanzaba sobre mí.
Nada más comenzar, se quiere transportar al espectador a la cinta original a través de las maravillosas notas que Hans Zimmer compuso para ella, pero sintiéndolo mucho: No cuela, o mejor dicho, no sirve de nada. Porque eso es lo que pasa con esta cinta, que nada funciona en ella como debería. Sin entrar en territorio de spoilers, a pesar de que se agradece el intento por parte de los guionistas por que la película tenga su propia trama, dejando medianamente a un lado la historia original, es cuando llega el momento de conectar ambas (porque no deja de ser una secuela) cuando todo se derrumba.
Y es que ahí está el problema, en que 'Rings' huele un poco a remake encubierto con pequeñas novedades, lo cual se intenta tapar con el hecho de que se desarrolla en la era digital, pero la realidad es que esta película perfectamente se podría haber titulado 'The Ring: El origen', pero claro, eso ya habría sido el culmen de la vergüenza en la saga.
Sin embargo, aunque 'Rings' no cumple ni como película de terror ni como secuela, sí que se salva en el apartado visual y de realización, porque con ese guion entre manos, poco podría haber hecho el cineasta español F. Javier Gutiérrez, en cuya labor sí he visto algún que otro momento destacable.
En definitiva, puedo decir que 'Rings' es una película - y sobre todo una secuela - innecesaria. No he pasado miedo y encima me han arruinado la historia. Yo estaba bien sin conocer el origen de Samara, esa incertidumbre era una de las claves que hacía más atractiva a la historia de un personaje tan icónico como es el que nos atañe. Ahora me toca ignorar lo sucedido en esta última entrega.
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