Le falta dar un paso para ser una película redonda

'La habitación' (aunque su título inglés, 'Room', sin el artículo, es mucho más acertado) es una película que engaña en varios sentidos. Primero porque el tráiler te hace creer que te va a contar la historia de una madre y su hijo secuestrados cuando en realidad es sólo el primer cuarto de la película. La segunda, porque de verdad crees que estás viendo la historia de una madre y su hijo.

Tal vez sea ese el gran fallo de la película, el no atreverse claramente a construirse como lo que es: el mundo visto desde los ojos de un niño de cinco años que nunca ha visto la luz del día. Porque 'Room' es eso, aunque a veces quiera hacernos creer que nos está contando la historia de una madre, todo el gran atractivo está en la historia de Jack.

Ciertamente, Brie Larson hace un papel magnífico y nadie puede discutirle el Oscar, pero a veces da la sensación que el director Lenny Abrahamson no se atreve a poner más peso argumental sobre las espaldas de Jacob Tremblay, cuando el pequeño demuestra con creces que es capaz de soportar todo lo que le echan, y tal vez más.

Si 'Room' hubiese apostado por encabezar su reparto con Tremblay (y sé que es algo tremendamente arriesgado) y hacer a Larson más secundaria de lo que en realidad ya es (sus tramas se difuminan mucho en la segunda mitad del filme en la que va apareciendo cada vez menos) probablemente habría quedado un filme mucho más redondo y, desde luego, atrevido.

Pese a todo estamos ante un drama que en una primera parte no te deja respirar y que consigue crear la suficiente tensión para mantenerte enganchado a la trama en su final, pese a algunas lagunas en el guion en esta última parte, precisamente por su inconsistencia a la hora de fijar el foco en la historia principal que realmente interesa.