VICTIMISMO VERSUS NEORREALISMO
Sin spoilers
Victimismo versus neorrealismo.
Utilizar estereotipos ofrece pingües beneficios, en especial si tiene como centro el victimismo. Esta "fórmula" a pesar de los años transcurridos no deja de alimentarse desde todos los ámbitos y, en el caso que nos ocupa, es de innegable evidencia.
Una película busca la taquilla desesperadamente y tiene su lógica pues su producción, aunque se realice con medios modestos, tiene un alto coste. Por tanto hay que apostar sobre seguro y en "Siempre nos quedará mañana" Paola Cortellesi ha sabido jugar sus cartas con éxito. Presentar al hombre como "sexo tiránico" sea cual sea su momento histórico puede dar hoy mucho juego. El cine a sabido mostrar todas las variantes posibles dentro del comportamiento humano desde cualquier género que deseemos elegir.
El problema comienza cuando se convierte en tema recurrente con un claro componente ideológico, y es aquí donde considero que la película es descaradamente manipuladora.
Su enclave al final de la segunda guerra mundial la hace apetecible para mostrar las situaciones límite de una población agobiada por carencias de subsistencia básicas. El personaje de Delia es admirable (casi heróico) sacrificándose hasta el límite por su familia, cómo ama de casa abnegada, modista y practicante. Pero a esto que resulta ejemplar y auténtico se contrapone una visión sesgada de violentos y obtusos comportamientos masculinos por muy "comedia a la italiana" que nos quieran vender..
No me parecen creíbles los personajes y situaciones como: la del policía militar americano repentinamente enamorado de Delia y facilitándole la voladura de la pastelería de los padres del ex novio de la hija, ni aceptable la escena, de "suavizada" violencia del baile, con el marido atizandola bofetadas a cámara lenta mientras dan brincos y se abrazan al compás de la música.
Cortellesi, en esta su ópera prima, pudo haber sido más ecuánime en su trato hacia los personajes masculinos principales sin necesidad de llegar al extremo de caricatura zafia, agresiva y degradante que nos ofrece de ellos (aunque haberlos los haya).
No voy a negar que la película tiene escenas graciosa como el banquete o el funeral del suegro, diálogos en jerga de casticismo romano y un buen ritmo narrativo. Los actores, en conjunto, cumplen bien con la tipología de sus personajes, destacando, sin duda, Paola Cortellesi que encara su papel con convicción y acierto.
La película ha cosechado un importante éxito de público en Italia y sigue por el mismo camino en España, posee los ingredientes necesarios: victimismo, personajes femeninos abnegados, actitud agresiva e insensible por parte de los hombres y una ambientación de barrio romano cercano a una época, ya algo lejana, que también vivimos nosotros.
El final, sin duda, causará cierta sorpresa, aunque me parece excesiva la apología del nuevo régimen en aras de un completo paradigma de cambio social que aun tardaría años en llegar.
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Crítica eCartelera
'Siempre nos quedará mañana': Sororidad, unión y democracia contra el patriarcado
Críticas de los usuarios
Dominicio
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Críticas de los medios
Cinemanía
"Se necesita maestría, tacto y talentos como los de Valerio Mastandrea, Vinicio Marchioni y la hipnótica Romana Maggiora Vergano para narrar de manera tan justa y a su vez atípica historias tan delicadas ".
ABC
"Más que la historia, lo que sorprende es la forma y el tono elegidos para su desarrollo, con decisiones de puesta en escena inesperadas y la excelente mano de la directora para no reamargar lo amargo".
The Guardian
"Un drama de la clase obrera de la Roma de posguerra, rico e incluso escandalosamente sentimental.
Screen Daily
"Un melodrama desvergonzado y a la antigua usanza se convierte en la historia más meditada de pequeñas victorias en el camino hacia el empoderamiento femenino".
El País
"Comedia dramática que, aunque peca demasiadas veces de almibarada, resulta eficaz y curiosa. Cortellesi introduce elementos musicales (...) que le permiten hablar de violencia de género con originalidad, pese a los desequilibrios".