Prematuramente previsible.

Como buen consumidor de menús diarios en restaurantes de polígonos, se que en estos lugares hay unos cuantos tópicos que resultan inamovibles con el paso de los años. Uno de ellos es el entrante, ese "algo" que viene antes de la comida y que generalmente consta entre un vaso de zumo o un gazpacho.

En esta cinta de entrante nos servirán el tópico "number one" del género, una primera linea argumental repetida tantas veces que ya aburre. Ethan hawke encarna el personaje de Ellison, un padre de familia que por temas profesionales empuja a a los suyos a un cambio de domicilio.

Obviamente esto no seria una película de terror al uso si esa casa no guardara una relación con una serie de sucesos misteriosamente tenebroso ocurridos en el pasado y que Ellison, emocionalmente involucrado decide investigar al mas puro estilo Truman Capote con su descripción macabra de la realidad en su novela "A sangre fría" que constituyó el inicio de un nuevo género literario: novela-reportaje.

Chirría bastante que con el ego y la convicción de que el caso servirá como otra gallina de los huevos de oro para su carrera, el protagonista parece dejar de ser consciente del peligro que acontece cada paso que da.

Con un guión prematura y extremadamente previsible , una banda sonora que no ubico, unos diálogos cortos, ridículos y carentes de profundidad y unos sustos demasiado simples e infantiles en los que se usa un golpe de sonido a todo volumen y un primer plano de algo desagradable, este film no aporta absolutamente nada al género.

El único interés que puede suscitar es el cercioramiento de que realmente ya sabias que iba a pasar desde a partir del minuto 35 y le doy el aprobado porqué no deja de ser una buena peícula para ver en grupo y formar una tertulia.