Fantasías increíbles (es decir, que no se pueden creer)

El gran proyecto de Zach Snyder no es más que un conjunto de "videoclips" de peleas unidas por guión tan flojo que si tiras, se rompe.

A poco que se piense un poco, sin dejarnos llevar por las escenas de acción aceleradas con música todo volumen, podemos ver que la historia no tiene sentido. Los diálogos no son más que frases sin sentido que sólo suenan bien. Los personajes, huecos, ya que para darles una personalidad (y no un vestuario) que las distinga habría que gastar un poco de tiempo, y éste se malgasta en los "videoclips".

Pero que dado que estas escenas son la clave de la ¿película?, sí reconozcamos que son un derroche de efectos especiales, coreografía y sí, hay "tías buenas dando leches". Suficiente para excitar el interés de los adolescentes y/o fans de videojuegos más despreocupados.

Y digo yo, para hacer esto, ¿no hubiera sido mejor que las peleas hubieran sido "reales"? Al menos en Salt nadie intentó convencernos de que había algo más que Angelina Jolie en plena acción...