
Un guiño fiel a la franquicia, para lo bueno y lo malo
Sin spoilers
Si alguna vez has jugado a un juego de Super Mario sabrás que su argumento no es que sea demasiado original. Ni innovador. Bowser quiere destruir algo para capturar a la princesa o la captura directamente, y Mario (y sus ayudantes, que varían en función del juego) tienen que acabar con Bowser y liberar a la princesa, algo que, ¡sorpresa!, siempre acaba sucediendo.
'Super Mario Bros.: La película' es precisamente eso llevado a la gran pantalla. Con una pequeña, y a la vez ingeniosa introducción que explica por qué los hermanos fontaneros acaban en el Reino Champiñón, todo lo demás es una adaptación tremendamente fiel de los juegos. Hora y media repleta de guiños ya sea con enemigos conocidos o sintonías de tu infancia que has escuchado una y otra vez.
Al final, la película es un acierto porque logra entretener a los más pequeños mientras que activa el recuerdo de los mayores. En ese sentido, Miyamoto y Universal han apostado por lo tremendamente seguro, y les ha salido bien.
¿Que la película es poco arriesgada? Totalmente, podría haber apostado mucho más por el humor, haber innovado algo, pero en el momento que tomas cualquier riesgo corres la suerte de que pueda salir bien, o pueda salir mal. Al final, si no estuviésemos ante los personajes que llevamos años controlando, el guion de la cinta no pasaría de mediocre. Pero es Mario. Nuestro Mario. Y si llevamos 35 años jugando a la misma historia una y otra vez, qué más dará una vez más.
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