Sálvate tú (que a mí me da la risa)

A ver, la cosa buena pinta no tenía así que.. no os sorprenderá lo que os voy a contar, a continuación, sobre 'Súper López'.

La película camina continuamente entre la gracieta y la vergüenza ajena pero tampoco sabría cómo haberla hecho mejor: quizá, simplemente, sea un material que no funciona cinematográficamente, como si lo hizo anteriormente, 'Mortadelo y Filemón', por ejemplo, que, en parte, es de lo que más bebe la parte que mejor funciona de la película: el prólogo.

'Súper López' tiene un arranque muy divertido, con ese prólogo a lo Superman inspiradísimo y esos padres tan salaos, pero cuanto más avanza en la trama, más se pierde, sobre todo, en la construcción de personajes secundarios, y en ello, López y Verdú tampoco ayudan en el rescate.

Rovira es la primera vez que no me convence en pantalla y se lo comen tres secundarios que brillan con luz propia: Alexandra Jiménez, pletórica en la escena del robot, y Gracia Olayo y Pedro Casablanc, merecedores de cada céntimo de su sueldo como padres de la criatura.

En definitiva, con 'Súper López' te ríes pero como cuando ves un sketch de José Mota: con sentimiento de culpabilidad. Queda muy lejos del humor fino y elegante de 'Promoción fantasma', y de la escatalogía bien medida de 'Tres bodas de más'.