Bestial (mente irregular)

Cuando uno se sienta frente a esta película, rápidamente entiende que está ante una obra personal: el director está dispuesto a ir y venir por su universo personal, agarrar con fuerza un guión muy potente y rellenarlo con autorreferencias y jugueteos oníricos. ¿Funciona? Casi todo el metraje. Hay muy buenas ideas, y una interpretación soberbia de la protagonista, pocas licencias al estómago del espectador y un sorprendente sentido del humor.

La parte final es arrolladora, brutalmente efectiva, visceralmente hermosa. Un puñetazo en la mesa que desordena las páginas de un poemario que nadie esperaba, con un sutil uso del color y del silencio, opuesto a una violencia latente que tarda en desatarse. pero al liberarse, coge al espectador desprevenido y totalmente entregado. Más, por favor. (Y no, no pienso hablar de 'Kill Bill' y Tarantino.)