
Creepy dolls
Sin spoilers
Pese a que la historia que nos cuenta 'The Boy' sea a base de clichés del género, William Brent Bell consigue crear la pertinente atmósfera que rememora al terror clásico: la casa como enclave gótico, la protagonista aislada de la realidad, la leyenda negra que se cuenta en los alrededores y la presencia de un perturbador muñeco.
Después de coquetear con las historias de fantasmas y el uso de la realidad virtual ('Stay alive'), de mostrar exorcismos ('The Devil Inside') y atreverse con los hombres-lobo ('Wer'), Bell firma con solvencia su cuarto film de terror, para el que se plasma los conocimientos adquiridos del género y crea una historia de suspense con los pertinentes jumpscares (sin abusar de ellos).
Su principal problema (el único, a mi parecer), radica en los secundarios masculinos, que en realidad no aportan mucho más a la trama que el servir de relleno para una historia que Lauren Cohan podría haber sacado adelante ella sola, quizá una opción demasiado arriesgada pero que hubiera acabado de redondear su resultado.
Contiene además cierto elemento llegados a un punto de la película que convierte a 'The Boy' en uno de esos títulos que amas o detestas.
Una de las sorpresas del terror no comercial del año.
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