
Metaregodeo cansino
Sin spoilers
Aún estoy pensando en la imagen con la que arranca el film. Ese Jesucristo bajo la nieve, helado, esperando? Así me quedé yo en el cine. Planos, escenas y secuencias demasiado largos, que abren la boca y programan para recibir esa hostia consagrada que todo fan de Tarantino ansía. Pero la hostia solo llega en contadas ocasiones. Y no, no son suficientes. No distribuidas en casi tres horas de historia. Mi culo, como decía, terminó dolorido.
Me hice unas cuantas preguntas durante el film, y eso no es bueno, en casi ninguna película, y mucho menos en una del cabronazo de Quentin. Que sí, que sigue siendo un cabronazo, pero esta vez ha llevado el regodeo marca de la casa demasiado lejos. Entre otras cosas, me preguntaba, con cierta regularidad, qué estaba homenajeando, cuándo aceleraría el ritmo, cuánto quedaba para el final, qué iba a cenar cuando llegase a casa. ¿El punto flaco esencial de ?The Hateful Eight?? El empecinamiento con dialogar demasiado acerca de unos temas demasiado limitados (y ya muy trillados), que apenas evolucionan en la historia, no se desarrollan? hasta el final. En una película de 90 minutos, ok, podría salir airoso, pero dejar todo el bacalao para un tramo tan corto, y tan en las postrimerías, es muy arriesgado.
Otro problema: no me creo a los actores ni el escenario donde se desarrolla la acción. Me atrevo a decir esto porque estoy solo en mi habitación; de no ser así sé que me caería más de un palo. Pero es lo que hay. Veo a todos (menos a Jennifer Jason Leigh) demasiado parodias de sí mismos. Y con mucha probabilidad sea eso precisamente lo que busca Tarantino, pero a mí me aburre. Ese reírse tanto de uno mismo y de los temas que se abordan en el film me resulta grato al final, cuando todo el contexto, y no solo los diálogos, son ácidos, muy tensos. En casi cualquier otra película suya, Tarantino logra perpetuar esa tensión, sin renunciar a los diálogos, ni a los chistes, ni a los homenajes. En esta, no. Los altibajos son demasiados, y la cantidad de bajos tumba la balanza en detrimento de los altos. Acabé hasta el gorro de tanta Guerra de Secesión y conflicto whitey-nigger.
Críticas de los usuarios