La sombra de una duda

Años después de haber perdido a su hijo, Will vuelve a ver a su ex?mujer en una fiesta que ésta ha organizado junto a su actual pareja. Allí, se reúnen viejos amigos, con ganas de pasárselo bien. No obstante, nuestro protagonista sabe que existe algo diferente en su anterior mujer y en la casa en la que compartieron tantos recuerdos. Algo perturbador.

Karyn Kusama, realizador de la esperpéntica Jennifer?s Body (2009), parece haber refinado sus gustos y haberse pasado a un tipo de cine mucho más independiente, que no da tantas perras, pero sí más satisfacciones personales. Tanto es así que, su último film, consiguió llevarse el premio a la Mejor película en el Festival de Sitges del pasado año. Y es un premio merecido, porque pocos cineastas consiguen hacer un thriller de máxima tensión con tan poco. Los guionistas han elaborado una historia sosegada, minimalista, que contiene pinceladas malrolleras para que no podamos dejar de dudar ni un solo segundo. ¿Estará realmente desequilibrado el protagonista? ¿Se lo estará imaginando todo? Sea como sea, este film es de los que se disfrutan desde el principio hasta el final, viendo cómo un guion tramposo, pero de calidad, juega con nosotros y nos manipula por puro entretenimiento. Y es que, ante películas de esta índole, los cinéfilos somos los más masocas del mundo (en el buen sentido, claro).