
Isla
Sin spoilers
No tomarse demasiado en serio. Ahí estaba la clave, ¿quién nos lo iba a decir? Para recuperar al mejor Ridley Scott, perdido desde 'American Gangster' (2007), sabíamos que teníamos que recurrir a la ciencia ficción pero, más allá de eso, todo eran incógnitas. Hasta que ha llegado la novela de Andy Weir y ha puesto las cosas en su sitio a base de aventura clásica, sentido del humor sano y amable, tecnicismos que no pesan y emoción palomitera. Por fin, 'Marte (The Martian)', nos trae de vuelta a un director tan obsesionado por crear una fascinación visual que se olvidaba con demasiada frecuencia del alma de sus películas, del corazón de las historias, de ir más allá del festín para los ojos. En esta ocasión, Scott matiene esa perfección formal tan alta pero, al mismo tiempo, consigue capturar y mantener el interés y la tensión durante dos horas y media que, afortunadamente, no pesan lo más mínimo.
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