Una vez que empiezas a correr, no puedes parar.

Ante todo, quiero dejar claro que no he leído ningunos de los libros (aunque no creo que tarde en leerlos después de lo visto), así que ahí va.

No es en absoluto extraño que últimamente se dejen ver por la cartelera nueves sagas juveniles (o películas basadas en novelas dirigidas a adolescentes), como la satisfactoria saga de "Los juegos del hambre", cuyo éxito es innegable, pero pocos son los casos en los que podemos ver alguna de estas adaptaciones cuya narración y argumento sea tan prioritarios como lo es la taquilla, ya que todas son lanzadas con un único fin: hacer dinero, y más aún si se trata de secuelas. Pero es de agradecer que "El corredor del laberinto" haya tratado con cuidado cada uno de sus aspectos (a diferencia de la reciente "Divergente"), lo que hace de ella, desde mi punto de vista, el mejor comienzo para una original y espectacular saga juvenil.

Tal vez suene muy exagerado, ya que es posible que la mayoría del público piense que este nuevo comienzo no sea ni la sombra del de "Los juegos del hambre", pero, si bien no tendrá el mismo éxito que tuvo dicha saga (y espero equivocarme), esta nueva puede presumir de una historia tan atractiva y original que es casi imposible que ninguna otra adaptación futura la supere. No estoy poniendo en duda la originalidad de los libros escritos por Suzanne Collins, pero "El corredor del laberinto" ofrece algo diferente que siempre engancha al espectador, y eso es el misterio; el hecho de no saber absolutamente nada. El ritmo nunca decae, de hecho va creciendo a medida que nos adentramos cada vez más en el laberinto, manteniéndote siempre en tensión y a la espera de cualquier cosa, porque una de sus ventajas es lo imprevisible que es. Las casi dos horas de metraje son tan trepidantes que acabarás tan agotado como los corredores del laberinto. Mención especial para el clímax final que, como ya he dicho, te deja completamente sin aliento.

El apartado interpretativo tampoco se queda atrás. No son interpretaciones que vayan a ser galardonadas, pero tampoco les hace falta, porque son más que correctas y creíbles, sobre todo Dylan O'Brien en el papel del protagonista, Thomas. Como fan de "Juego de tronos", da gusto ver a Thomas Brodie-Sangster, aunque su papel sea secundario, al igual que sus compañeros Kaya Scodelario y Will Poulter, quienes tampoco decepcionan.

En cuanto a aspectos técnicos, la película es toda una delicia. El mismísimo laberinto ya impacta con sus caminos inescrutables y sus bruscos cambios de forma. Los efectos especiales son sobresalientes, dando forma a escenas sorprendentes y frenéticas como lo son todas en el laberinto, sobre todo la de Thomas y Minho corriendo por él mientras este está cambiando.

Pese a que la explicación final suene un tanto forzada y aún queden algunas incógnitas por resolver (cosa que ya se verá en sus muy posibles secuelas), "El corredor del laberinto" es la adaptación más sorprendente que he tenido ocasión de ver. No le busques las tres patas al gato tras verla; es una película original, entretenida, y, ante todo, trepidante.