Supervivencia extrema a cargo de Iñárritu

Antes de empezar a analizar este filme, volveré a realizar el aviso aunque ya lo sepan: esta es una crítica SIN spoilers, pueden disfrutar con su lectura sin temor a nada.

Tras habernos brindado el año pasado la comedia multipremiada Birdman, Iñárritu nos traslada en esta ocasión a 1820 en la más profunda América Salvaje, donde las batallas por la conquista del país norteamericano se sucedían día sí y día también.

Basada en la historia real de Hugh Glass (Leonardo DiCaprio), relata como este fue abandonado a su suerte por su grupo tras el ataque de un oso, motivo por el que resulta herido de gravedad y es considerado innecesario por el anteriormente mencionado colectivo de compañeros. Pero dar de lado a Hugh Glass y seguir con la travesía no es una decisión absoluta, ni siquiera mayoritaria, todo forma parte de una estratagema de John Fitzgerald (Tom Hardy), quien teniendo sus rencillas con Glass desde el primer momento aprovecha esta situación. Y esto es solo el principio del largometraje.

El trabajo de todo el reparto y la dirección es inconmensurable, pero desde mi punto de vista hay un gran héroe en esta cinta: Tom Hardy. El intérprete británico puede realizar hoy en día lo que le plazca, el papel que sea, que lo hará de manera excelente. Está en la cresta de la ola. Cada escena en la que aparece es suya, ya sea dialogando o efectuando alguna maniobra en la parte de atrás del plano, Hardy es el auténtico baluarte de esta película.

Doce nominaciones a los Óscar no se ven todos los días, y es probable que no consiga alzarse con todas, pero con The Revenant volvemos momentáneamente al cine clásico: nada de pantallas verdes, nada de efectos especiales, probablemente uno de los filmes más intensos que visualices a lo largo de tu vida. Iñárritu, felicidades, has vuelto a dejar al espectador sin palabras, además de ser el director que conseguirá que DiCaprio se alce con su ansiada estatuilla. Casi nada.