Mientras haya vida, habrá esperanza.

Eddie Redmayne logra la actuación de su carrera o por lo menos la que más me ha emocionado. Logra una metamorfosis más que una imitación, se transforma en Stephen Hawking y eso consigue alzar el nivel de la película bastante alto porque como guión no logra ser tan interesante como el tráiler vende. El romance es bonito y Felicity Jones sorprende como actriz protagonista con su justa nominación al oscar al igual que la de Redmayne, pero es tan abusiva esa relación que descuida el lado profesional que tanto se recalca en los últimos diez minutos de la película para ensalzar los trabajos de Hawking. A modo de drama cumple a la perfección pero sin llegar a emocionar al grado que quiere el director James Marsh sin sello de identidad y forzando la lágrima con un mal uso de la banda sonora, bien compuesta pero poco relevante a la hora de plasmarla en la cinta. No logra ser un biopic memorable a mi parecer y aunque el último tramo levante la cabeza, la sensación de monotonía y repetición es constante.

En definitiva, La teoría del todo me parece buena película con dos extraordinarias actuaciones a recordar, dignas de oscar, pero su guión no logra encandilarme como en un principio despertó mi curiosidad y se ha quedado a medio gas en cuanto a camino de oscar, camino que si logran emprender mejor cintas como Whiplash o Boyhood. Buena.