Todo lo que no sé

A sus 35 años, Laura lleva una vida rutinaria y predecible: cuida a su padre enfermo, trabaja en una tienda, comparte piso con su medio novio y lleva días similares sin grandes altibajos. Sin embargo, esta calma se ve interrumpida cuando un antiguo compañero de la universidad le propone retomar un proyecto tecnológico que habían abandonado años atrás.

La propuesta la sacude, no solo porque le ofrece la posibilidad de alcanzar el éxito profesional que siempre ha anhelado, sino también porque le recuerda un lado de sí misma que había dejado de lado en favor de las responsabilidades cotidianas.

Acepta el desafío, deseosa de recuperar esa parte de su identidad perdida. A medida que avanza en el proyecto, las decisiones que toma empiezan a afectar su entorno: su relación con su padre, su medio novio y los amigos que siempre han formado parte de su vida. La búsqueda de una ambición personal y profesional la lleva a cuestionar sus prioridades y a enfrentarse a las consecuencias de poner su propio bienestar por encima de las expectativas ajenas.

En este proceso, Laura descubre tanto su fortaleza como las vulnerabilidades que surgen cuando se elige a uno mismo frente a los demás, con la tensión entre el deseo de éxito y el coste emocional de la transformación personal.