Furiosa

Three Billboards Outside Ebbing, Missouri no solo es la película con el título más particular del año, sino una de las cintas más redondas de la temporada.

Martin McDonagh ha compuesto una obra en la que casi todo es de destacar. Pero es gracias a la riqueza de sus personajes por lo que nos quedamos para el viaje. Cada protagonista esta escrito de una manera cuidadísima. Hasta los personajes secundarios son tridimensionales y ver como se desenvuelven durante la historia es una delicia. Todos forman parte de un relato sobre la ira y la redención que no deja de sorprender a medida que el metraje avanza. Pero claro, eso no seria posible de no ser por un impresionante elenco encabezado por la todopoderosa Frances McDormand. La actriz esta maravillosa y entrega una interpretación muy potente, llena de matices y sorprendentemente humana. Y no es la única. Sam Rockwell está fantástico como siempre, así como Woody Harrelson en un conmovedor rol. Aunque el primero sale ganando con un papel mas completo, al que además le logra sacar mucho jugo. Si fueran otros actores nada sería lo mismo. Tampoco hay que quitarle mérito a la dirección de McDonagh, quien es en definitiva el que apuesto todo en orden.

También quisiera mencionar la banda sonora de Carter Burwell, su música da un toque especial a las escenas más sobresalientes. Pero es que estas no sobran. Three Billboards contiene algunas de las mejores secuencias y diálogos del 2017, al menos de entre todo lo que tengo visto. Si es verdad que hay alguna cosa que creo que sobraba (tampoco quiero entrar en spoilers) o un elemento que simplemente no me ha convencido dentro del conjunto. Pero eso no ensombrece todas las cualidades de la cinta. Es un viaje brutal, honesto, imprevisible y lleno de emociones. Y, las cosas como son, entretenidísima.

Si se acaba llevando el Oscar estaré satisfecho, a pesar de sus detractores. Y si no, "It´s been heaven knowing you". Son películas con personalidad como estas las que acaban siendo reconocidas en el futuro. Aunque Three Billboards no vaya a suponer un antes y un después en la manera de hacer cine, sí que es un gran recordatorio de la fuerza que pueden tener las buenas historias.