
Que la muerte nos encuentre sonriendo
Sin spoilers
Para mi gusto, se hacen demasiadas películas sobre el cáncer, un tema que empieza ya estar demasiado sobado, con todos los clichés lacrimógenos que este pequeño género (dramas sobre el cáncer) contiene. Sin embargo, de vez en cuando, aparece una pequeña joya que perdona a todas las anteriores: esa es 'Truman'. La nueva película de Cesc Gay es un foco de luz en mitad de la sombra. Es un drama, sí, porque hay una persona que sabes que se aproxima irrevocablemente a la muerte pero está abordado de una forma tan certera, tan alejada de la lágrima que, aún sabiendo el triste final, no puedes parar de sonreír.
Hay que decir que la película es lo que es, primero, por un guión maravilloso al que no le sobra prácticamente nada (ese desenlace a la trama de Cámara no me terminó de convencer) y, segundo, por esos dos titanes de la interpretación que son Ricardo Darín y Javier Cámara. Ambos están soberbios en todos y cada uno de los planos pero, si me tuviera que quedar con uno, lo haría con Javier: está arrebatador. Nunca le he visto mejor. ¿Cómo consigue mantener la mirada compungida mientras sonríe? Es tan real...
'Truman' te arrancará alguna lágrima pero muchas sonrisas y te hará pensar sobre la vida, la muerte y la forma en que nos enfrentamos a las despedidas. Es, en definitiva, preciosa.
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