El show de Darín

"Truman" parece llamada a convertirse en la gran película española de 2015, y pese a sus innegables méritos, dista de ser un film tan redondo como para merecer el elogio unánime que parece haberle dedicado la crítica española. A pesar de la excelente actuación de ese monstruo llamado Ricardo Darín y a la equilibrada réplica de un contenido Javier Cámara, la relación entre ambos acaba resultando un tanto artificial, ya que el empeño de su director en huir de un melodramatismo impostado, acaba por lograr una frialdad igualmente impostada y contraproducente en una historia que habla de algo tan cálido como la amistad (por muy masculina que esta sea).

La pasividad del personaje de Cámara ante las decisiones de su amigo podrá justificarse en su comprensión y complicidad, pero la canalización de sus emociones a través de un determinado encuentro sexual (la peor escena del filme) es tan chocante como discutible narrativamente. A pesar de ello, el film hace gala de un estupendo sentido de la ironía y posee más de una momento brillante, especialmente cuando deja espacio a Darín para dar rienda suelta a su inmenso talento. En definitiva, una irregular pero recomendable tragicomedia elevada por el buen hacer de sus intérpretes.