Jason Bateman se come a todo el reparto

Desconocía esta película y como me gustan los dos protagonistas y vi que la emitían en televisión pues no dudé en verla pero apenas sabía acerca de ella. Si bien no esperaba gran cosa, esperaba entretenerme y algo de risas, la verdad es que la cinta ha cumplido con su cometido.

Primeramente empezar por lo mejor de la cinta que sin duda es Jason Bateman sorprendentemente comiéndose a todo el reparto de la película incluyendo a Jennifer Aniston y al propio niño que tiene momentos tiernos y te dibuja una sonrisa pero es un poco repelente en algunos momentos y Aniston sobreactúa bastante. La química entre el padre y el niño es alucinante y desborda por los cuatro costados. El guión no es una joya y es lo más simple de la cinta, parecía sacado de un capítulo de Aquí no hay quien viva donde el gay y la lesbiana se comprometen a la inseminación artificial y el típico cambio de bote.

Algunos personajes chirrían un poco y dan vergüenza ajena como el de Juliette Lewis y el de Patrick Wilson. Mezcla muchos tópicos y no deja de ser una comedia romántica convencional pero el momento declaración de Bateman es sin duda emotivo y casi saca la lágrima. La música también acompaña bastante bien al tono de la cinta en la que su mayor problema no es que sea típica y archiconocida sino que vendiéndose como comedia y no cumplir, cumple más como drama ya que la historia de la cinta es difícil tomársela a risa y mucho menos pretende hacer reír ya que no hay gags memorables y destacados.

En definitiva, una historia tierna y entretenida con un gran Jason Bateman que brinda una de sus mejores actuaciones pese a la corriente historia y que te dibuja una sonrisa y te alegra el día gracias al mensaje de la película de amor entre padre e hijo.