Los marcianitos

Avatar de Sacri94

Crítica de 'Warcraft: El Origen'

De Sacri94

15 jun 2016

4,0

Sin spoilers

Adaptar un videojuego a la gran pantalla no tiene porque significar realizar una mala película. De acuerdo, esto último ha ocurrido con 'Max Payne' (esta aún tiene algunas escenas visualmente disfrutables), las dos entregas de 'Lara Croft', las dos entregas de 'Hitman', 'Doom'... Bueno, vale, por el momento solo tenemos 'Silent Hill' como referente a seguir, una película de terror efectiva, con una gran ambientación, un buen guión y que, de paso, no traicionaba al videojuego en el que se basaba. Pero uno se pone a mirar ciertas adaptaciones y la pregunta que le viene a la cabeza es: ¿Realmente hace falta adaptar cualquier cosa que tenga un fandom considerable? La respuesta está en películas como 'Mortal Kombat', 'Tekken' o 'Street Fighter' y es un NO considerable. Es imposible sacar una buena historia de un material de origen sin historia. Son juegos de lucha, por amor de Dios. Vale que 'Mortal Kombat' tiene su gracia por lo buena adaptación y por lo casposa que es, pero los otros ejemplos demuestran que nunca será buena idea intentar sacar dinero de cualquier cosa. De donde no hay, no se puede rascar vamos.

Pero más allá de los videojuegos arcades, hoy en día el mundo del ocio electrónico no tiene nada que ver con aquel al que jugaban nuestros padres, abuelos o nosotros mismos hace unos cuantos años en las recreativas. Si antes simplemente se trataba de matar marcianos en el Space Invaders o de comer fantasmas en Pac-Man ahora los videojuegos tienen historias que rivalizan con guiones de cine e incluso a veces los superan. En 'World of Warcraft' no tenemos un guión increíble pero si una premisa mil veces vista pero que se antoja diferente por el universo completamente original que nos presentan. La película que nos ocupa no es más que la presentación a ese mundo, vivo, pero hecho en su plenitud de polígonos y pixels. Pues bien, despues de ver 'Warcraft', la sensación que se le queda a un servidor es que lo que más le sobra es todo lo de carne y hueso. Tendría que haber sido enteramente digital, no me cabe la menor duda.

Cuando los orcos aparecen en pantalla, cuando nos cuentan sus vidas, todo funciona. No a niveles desorbitados, pero tenemos algo interesante entre manos con unos efectos especiales asombrosos. Se nota que ILM ha estado involucrada. Incluso los personajes provocan en el espectador lo que pretenden, especialmente Durotan, carismático líder revolucionario con el que resulta muy fácil empatizar. El resto de orcos cumplen su función: el malo es malvado, el amigo simpático lo es y todo lo que se supone que debe ser de tal manera, lo es. El problema es cuando llegan los humanos, a cada cual más irritante.

El protagonista Travis Fimmel lo intenta, pero su personaje da rabia desde buen principio por ir de gracioso cuando no tiene ni pizca de gracia. Está horrorosamente escrito. Debería ser el típico héroe carismático que a todos cae bien pero acaba siendo todo lo contrario. La verdad es que no salvaría a nadie del reparto y negativamente destacaría a ese híbrido entre orco y humana que interpreta Paula Patton (a quien adoro), la cual está más perdida que el personaje al que da vida. Lo mismo pasa con Dominic Cooper, brillante actor que en muchas ocasiones toca el ridículo de forma sorprendente. Todos parecen estar muy perdidos entre tanto efecto digital. Es medianamente comprensible. Bueno, lo sería si estuviésemos en los años 90 donde poca gente había trabajado con efectos especiales de esta manera, pero en el año 2016 y después de ver 'Avatar' o 'El libro de la selva' la culpa de este desastre recae sobre el director que no ha sabido dirigir correctamente al reparto entre tanto píxel. Algo que se agrava si tenemos en cuenta que se trata de Duncan Jones, una persona con talento de sobra.

Lo malo, a parte de las risibles actuaciones del reparto humano, es que el espectador en ocasiones está igual de desubicado. La película no aburre en sus 120 minutos, lo que es un punto a favor, pero pienso que habría sido mucho más efectiva con una duración de 90 minutos. El conflicto que nos presentan no es tan complicado como para abarcar ese metraje. El universo que nos presentan es basto, pero aquí poco vemos de ello más allá de Azeroth y el método de vida que llevan los orcos, sin profundizar mucho en ello. Se profundiza más en como se crean esos dos bandos, y la verdad es que dan demasiadas vueltas sobre un tema tan sencillo y fácil de explicar. Para rematar este mediocre guión tenemos su conclusión, pues la forma de intentar solucionar el conflicto entre orcos y humanos me parece muy desacertada. No tiene ningún sentido y lo único que consigue la brillante idea del rey de Azeroth es dejarnos una de las escenas más ridículas de la cinta.

El momento estelar de Durotan es lo mejor del film, de lejos. La batalla es espectacular. Eso, y toda su historia, si que me ha gustado. No es tan desastrosa como otras adaptaciones u otras películas de corte fantástico, pero en algunos momentos si llega a niveles tan extremos como 'Dragones y Mazmorras' o 'Eragorn'.

Valora esta crítica:
00
Escribir crítica

Críticas de los usuarios

Avatar eCartelera

 

 

 

 

 

 

Escribe tu propia crítica de 'Warcraft: El Origen'
Síguenos