
Alan Moore tenía razón
Sin spoilers
Dirigir uno de los cómics más importantes de la historia, siempre es un caramelito para un director. Claro que en el caso de "Watchmen", ese caramelito estaba envenenado, habida cuenta de todos los intentos que se habían realizado anteriormente para llevar a la gran pantalla la novela gráfica de Alan Moore, y que habían hecho desistir a directores como Terry Gilliam, Darren Aronofsky o Paul Greeengrass. Incluso dos grandes gigantes de Hollywood como Fox y Warner tenían sus propios problemas para llevar a buen puerto esta compleja adaptación de un grupo de superhéroes, que en mitad de unos hipotéticos años ochenta y en plena guerra fria entre Estados Unidos y Rusia, se enfrentan a un presunto holocausto nuclear. Probablemente el despliegue visual que Snyder realizó en la también adaptación del cómic de Frank Miller "300" le sirvió para hacerse con el proyecto, esperado por legiones de admiradores que, como polluelos esperando su ración diaria, estaban impacientes tras haber visto adaptaciones de clásicos como "The Dark Knight" y todo el batiburrillo algo más hortera realizado por la Marvel con todos sus personajes (con desiguales resultados). Las primeras imágenes vistas eran espectaculares: la visión "real" de lo que habíamos visto en las viñetas no era ridícula, sino que encajaba a la perfección y se respetaba a la milésima la intención original. Y como suele pasar en estos casos, éste es el mayor problema de la película: la obsesión por ser fiel al cómic. Umberto Eco, preguntado por su adaptación de "El nombre de la Rosa" realizada por Jean Jacques Annaud, declaró que la única forma de ser fiel a una novela a la hora de llevarla al cine, es traicionándola. Pues justo lo contrario es lo que ha hecho Snyder, que en su afán desmedido de no defraudar a los seguidores del cómic, intentando trasladar todo, todo lo que había allí, la ha cagado; porque el cine y el cómic, tienen lenguajes parecidos, en efecto, pero NO IGUALES. El "storytelling" que funciona en "The Dark Knight" o "Batman: año uno" por ejemplo no han sido trasladados (gracias a dios) a la excelentes versiones que del personaje del hombre murciélago ha hecho Christopher Nolan. Y me sorprende sobremanera que Snyder, que supo sacar lo mejor del cómic de Miller en "300", ahora no lo haya hecho, aunque me huelo algo: muy probablemente, no haya tenido el control total de este producto, ya que los ejecutivos de las multinacionales (economistas que se meten en el negocio del cine como se podían haber metido en el negocio de fabricar ladrillos, que no suelen tener ni puta idea de cine, y encima no solo se permiten el lujo de opinar, sino también de imponer a los guionistas y/o directores sus propios criterios de mierda...) seguro que han metido las zarpas, y así les ha salido. Al final, Alan Moore que dijo que su cómic era inadaptable para la pantalla, va a tener razón. Porque han intentado vender la burra con una película de superhéroes, y esto es mucho más. O mejor dicho, no se parece a una película de superhéroes. Vamos, que yo sepa, no se ven muchas películas de superhéroes donde se le de una paliza a una chica, se la viole, un psicópata secuestre a una niña, la mate y se la de de comer a los perros, o las putas, los yonquis y las bandas hostiguen hasta la muerte a los ciudadanos. Pues no, oiga, eso no es para niños. Ni siquiera para muchos adultos, así que a la hora de vender la película, deberían haberse replanteado la estrategia, además de la calificación por edades. Y el colmo y remate de los tomates, es la auténtica orgía de prótesis, pelucas y látex barato (y digo barato, porque se nota a legua, resultando algunos personajes ridículos en pantalla...) que tenemos la desgracia de ver. Podrían haber aprendido de Bryan Singer a la hora de realizar una impecable dirección artística y diseño de personajes en Xmen, dándose cuenta que los trajes de los cómics, no funcionan en real. Pues nada, oiga, aqui los mismitos, con sus colorines (de hecho, varios trajes recuerdan bastante a los de "Batman y Robin", para desgracia de Snyder). La estructura narrativa respeta, paso por paso, el guión del cómic salvo algunas excepciones, y eso colma ya el vaso cuando la voz en "off" está prácticamente durante todo el metraje, convirtiendo las más de dos horas de proyección en un auténtico calvario para los que hemos disfrutado este cómics durante más de 20 años, y ahora vemos este torpe, zafio y fallido intento de llevarlo a la pantalla, y ya no nos gustan ni los espectaculares efectos especiales que dan vida al Dr. Manhattan, ni el encanto de Malik Akerman como la seductora Espectro de Seda, ni la magnífica interpretación de Jackie Earle Haley como el siniestro Rorschach.
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