
La lucha contra uno mismo
Sin spoilers
De 'Whiplash' puedes llegar a leer muchas cosas. Hay gente que adora la película y otros que la odian, esgrimiendo como argumento que el mundo de la música en realidad no es así. Aceptamos barco, y creo que todo el mundo cuando la ve se imagina que el mundo de la música en realidad no es así. No creo que el objetivo de Chazelle con este filme fuese describir la realidad oculta de la música de élite. 'Whiplash' es en realidad la lucha de una persona consigo misma en la búsqueda de ese potencial que sabe que está ahí pero no cómo sacar.
En el mundo actual en el que vivimos, donde el bullying es una triste realidad pero también la sobrepotección a cualquier mínimo esfuerzo o dificultad, 'Whiplash' narra de manera brillante la lucha por la superación interior. Miles Teller da vida a Andrew, un batería que quiere llegar a lo más alto. En el fondo, Andrew sabe que es bueno y valora cómo Terence (JK Simmons) intenta sacar lo mejor de él. Pero los métodos poco ortdoxos de su premiado profesor acaban por desestabilizar e incluso hundir al joven.
Y ahí es donde 'Whiplash' lo borda, retratando esa fina barrera psicológica entre el esfuerzo y la depresión, entre el presionar y el acosar, entre animar y amenazar. Tanto Milles Teller como JK Simmons bordan sus papeles, especialmente este último, siendo capaz de interpretar un personaje que vas amando y odiando por momentos a lo largo de todo el metraje. Terence es, probablemente, uno de los personajes más ricos del cine de los últimos meses, con ese transfondo de pena y desesperación que muchos acosadores sufren y que tan bien puede verse en la parte final de 'Whiplash'.
Otro gran punto a favor de la que debiera haber sido galardonada con el Oscar a mejor película es precisamente el uso de esa música como pretexto. El hecho de ambientar toda la historia en una 'big band' (es una historia universal que podría haberse desarrollado en muchos sectores) dota a todo el conjunto de una intensidad y musicalidad perfecta. 'Whiplash' no es sólo un placer para los ojos, también para los oídos.
El gran pero está tal vez en todas las tramas con los breves e insignificantes secundarios. Entiendo que en un filme tan tenso y denso debía introducir personajes del entorno de los protagonistas para bajar el ritmo y desengrasaar al espectador de tanrta intensidad, pero la elección de estos no podía ser más desafortunada, en especia la del padre de Andrew y sus extrañas relaciones. Si 'Whiplash' hubiese conseguido elaborar mejor estas tramas secundarias, estaríamos sin duda ante una película de 10.
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