
Cuando más no significa que sea mejor
Sin spoilers
La sexta entrega de la trilogía mutante busca cerrar el círculo comenzado por Matthew Vaughn (Kingsman) el cual buscaba un interesante reinicio mostrando el origen de la saga de mutante. El problema, es que desgraciadamente Bryan Singer no es Matthew Vaughn. Donde el segundo buscaba con gran acierto que te implicases con los personajes y el primero sigue la no del todo acertada filosofía de ?que cuanto más grande y espectacular, mejor?. En esta ocasión, y tras la aceptable X-Men: Días del futuro pasado, nos encontramos ante una película que busca repetir los grandes aciertos de su antecesora, pero que por desgracia también hereda sus grandes carencias.
X-Men: Apocalipsis nos permite disfrutar una vez más del carisma de los protagonistas de las anteriores entregas, pero sin ahondar absolutamente en nada en sus motivaciones y en sus trasfondos. Ofreciendo una obra que incluso tiene el lujo de presentarnos más personajes, pero que desgraciadamente están o por lucir palmito (léase Jennifer Lawrence o Hugh Jackman) o porque de alguna manera tenían que aparecer dados los hechos de las anteriores entregas de la saga (léase la aparición de Tormenta, Rondador Nocturno y Ángel) y conseguir así que su particular ?universo cinematográfico? tuviese sentido.
El tener que hacer que estas tres últimas películas de la saga tengan que tener un sentido respecto a las tres anteriores obras realizadas, hacen que desgraciadamente tengas que tener unas tesituras en las cuales tienes que presentar a unos de los villanos más importantes de la saga sin poder explotar a varios de tus personajes principales. Donde se nota el nulo peso argumental de Fassbender como Magneto y de la anteriormente citada Lawrence como Mística. Aunque el principal problema es la creación del guion, donde se intenta ofrecer un inicio muy épico exponiendo los hechos y origen de Apocalipsis en pleno Egipto. Y que desgraciadamente todo ese énfasis por ofrecer la imagen de un mutante primigenio cual deidad, acaba desdibujándose debido a la imperiosa necesidad de tener que presentar más personajes para el elenco y un plan melifico cuanto menos cargado de agujeros.
En cualquier caso, y a pesar del citado endeble guion, el poco énfasis por hacer evolucionar a sus personajes y tunante abuso por buscar ofrecer un mayor espectáculo en lugar de una historia más profunda. Pues Singer crea una obra entretenida, que desde luego no ofenderá en exceso ni mucho menos al público más ?comiquero? y que entretendrá sin más a los menos fanáticos de la saga.
Donde los principales puntos a favor para recomendar esta obra los encontramos una vez en la aportación cómica de Evan Peters como Quicksilver, dejándonos algunos de los momentos más reseñables de la película. Junto con la aportación de James McAvoy (el cual se nota que se siente muy cómodo en el papel Charles Xavier) y la aportación de Oscar Isaac como villano de la obra. El cual, y aunque pone toda su alma en crear un Apocalipsis creíble e imponente, desgraciadamente se va un poco al traste debido al mal vestuario y a la mala dirección de arte. Los cuales le hacen muy flaco favor, creando un personaje que a veces aterra y a veces parece el malo de los Power Ranger.
El deseo, una vez más, es que Fox salga de su testarudez y acabe cediendo los derechos de los mutantes a Marvel. Lo cual permitiría dejar de exprimir y reciclar la formula una y otra vez, y permitiría a su expandir sus personajes hacia nuevos horizontes con la participación en otro tipo de obras y no centradas exclusivamente en ellos.
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