Un favor de los grandes

Y Disney alcanzó a Pixar. Lo que había estado cerca de conseguir en los últimos años, gracias a 'Rompe Ralph' y 'Frozen', se ha convertido en realidad gracias a una historia de detectives protagonizada por una conejita policía y un zorro buscavidas. Tal cual. La afortunada, 'Zootrópolis', es el trabajo más brillante, inteligente y divertido entregado por la factoría en muchos, muchísimos años. Partiendo de un universo deslumbrante en cada uno de sus detalles, embriagador en su capacidad para fascinar al espectador, sea de la edad que sea, la película dirigida por Byron Howard y Rich Moore plantea una trama de cine negro en estado puro, apoyada en el modelo de buddy movie, que funciona en cada uno de sus objetivos. Carta de amor al género, trepidante aventura para toda la familia, comedia en estado puro, historia de superación y reflexión social tan compleja como impactante, 'Zootrópolis' supera las expectativas y se planta, desde ya, como una de esas cintas de animación dispuestas a convertirse en clásicos contemporáneos.

Cada uno de sus personajes, además, supone un logro. Desde sus protagonistas, puro carisma, hasta unos secundarios capaces de robar la escena en cualquier despiste. Todos consiguen redondear una propuesta que se aleja del patrón clásico de Disney, excepto en la cancioncita de rigor, para alcanzar nuevas cimas artísticas más cercanas al riesgo que al tópico. Pese a no tener el alcance emocional de las obras maestras de Pixar, con 'Del revés' a la cabeza, 'Zootrópolis' muestra uno de los caminos más recomendables a seguir a partir de ahora para el resto de la competencia. Cuidar las historias, apostar por las curvas más allá de la línea recta, intentar conseguir algo nuevo, distinto, desde la tradición. Al final, la coneja y el zorro, Judy y Nick, se han comido al ratón. Y le han hecho un favor de los grandes.