Un crimen no muy desordenado

'El desorden que dejas' es una nueva miniserie de Netflix ambientada en un pequeño pueblo de Galicia, al que se muda Raquel (Imma Cuesta) junto a su marido (Tamar Novas). Ella comienza a trabajar como profesora de literatura en el instituto del pueblo, en sustitución de Viruca (Bárbara Lennie), su predecesora, que al parecer se había suicidado. Nada más el primer día, uno de sus alumnos le deja una nota que pone bien claro: "¿Y tú, cuánto vas a tardar en morir?". Ahí es cuando Raquel comienza a sospechar que alguno de sus alumnos estuvo implicado en la muerte de Viruca...

La serie en sí está muy bien hecha, la verdad es que es una delicia técnica en lo que a fotografía, música, diseño de producción y vestuario se refiere. Respecto a la trama, primero decir que la serie está basada en la novela homónima de Carlos Montero y dirigida por él mismo. La idea principal está genial, un thriller psicológico que ofrece un misterio digno de atención, un poco lento eso sí, pero que engancha. El problema que le veo es que a medida que van avanzando los capítulos, la serie se va convirtiendo en una temporada más de 'Élite' respecto a escenas de sexo o al pasado de los personajes y cómo reaccionan ellos ante este. Los tres personajes protagonistas (Iago, Raquel y Viruca) son los que mejor estructurados e interpretados están, eclipsando a otros que podrían haber dado mucho más juego y contribuido más al misterio en vez de participar en tramas secundarias prescindibles. A pesar de todo esto, lo que más me decepcionó fue el capítulo final, que incluye un desenlace donde se resuelve todo de una manera previsible.

Le doy un 8 de 10 por el increíble trabajo realizado detrás de las cámaras, por la manera en la que cada capítulo de la serie te deja con una intriga cada vez mayor y por las interpretaciones de Imma Cuesta, Bárbara Lennie y Arón Piper.

Lo mejor: Cómo se desarrolla la historia, especialmente en los primeros capítulos. Las actuaciones de los tres protagonistas, que muestran una gran naturalidad y que corresponden a unos personajes tan bien elaborados.

Lo peor: El último capítulo, que no solo rompe con el ritmo marcado anteriormente, sino que es previsible.