Raros hasta la extenuación
Sin spoilers
'The end of the fuck*** world' habla de la necesidad de pretensión que tenemos al ser tan jóvenes de creernos alguien, sabernos diferentes para tener una explicación fácil que nos dé la respuesta al por qué tenemos carencias. Y el contexto que rodea a la serie es esa mentalidad, apocalíptica, de los adolescentes que 'hunde' a los adolescentes al mínimo problema. No recuerdo qué estudio lo decía, pero había un informe que hablaba de cómo nuestro cerebro a edades tan tempranas se sitúa en ese límite emocional, en el que cuando nos sucede algo, pensamos que es irreparable y será así para toda la vida.
En esas, James, un supuesto psicópata que cree que su leitmotiv en la vida es asesinar, y Alyssa, una adolescente a la que su madre ignora, su padrastro acosa y tiene momentos de auténtica ansiedad, se encuentran en un mundo a punto de explotar por los aires y en el que encontrar a alguien que haga más amena la espera es vital.
Lo que más me gusta de esta ficción de Netflix es que es de fácil combustión, tanto en su forma de consumo (de rápido visionado por su corta duración) y por el rumbo que adopta su trama, que habla de unos personajes que se encuentran en el viaje más torcido de sus vidas y cómo se van deshaciendo de capas y mitos, como en el caso de Alyssa con respecto a su padre.
Crítica eCartelera
'The End of the F***ing World': Bonnie, Clyde, Tarantino y los millennial
Críticas de los usuarios
Sansangue
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